lunes, 20 de octubre de 2008

Aqui está. Es El. Mi Land Rover Santana.

Cuanto hemos luchado juntos, cuantas aventuras desde que nos conocimos. Fue una atracción a primera vista. Reconozco que fue una cita a ciegas en un granero... (todo parece muy típico pero es la verdad). Fue una tarde fria de invierno, amenazaba lluvia y allí estabamos mi hermano Manolo (que luego se hizo con un Discovery) el buen amigo Jesús (que luego se hizo con un quad para seguir en la aventura) el buen amigo Pacho y el dueño, un ganadero joven y pragmático que no le encontraba gran utilidad al Land. Lo usaba de mulo de carga llevando fardos de paja a las vacas que tenía dispersadas por los montes de Burgos.

Nada más llegar sus cuatro ojos se cruzaron con los mios. El conductor nos subió a sus lomos y fuimos a un campo embarrado, rascaba como una fiera entrada en años pero con ganas de mucha guerra y la transacción se hizo alli mismo. "Nos lo llevamos puesto". Anochecía pero no pudimos hacer otra cosa que meterlo en un circuito de autocros y darle una vuelta. Fue una gran satisfacción. Nos salimos de la pista, le quemamos el freno de mano y un poco el embrague pero partimos vuelta a casa pensando en todos los caminos que nos esperaban por reorrer juntos.

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